Gloriela Herrera.
Priones y Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
Desde
el controversial descubrimiento de Stanley Prusiner en los 70, los priones han
sido ampliamente estudiados, pero los avances en el campo han sido muy pocos. Esto
se da por una variedad de razones, entre ellas que las enfermedades por estos
agentes infecciosos son raras y están localizadas en lugares específicos como
Inglaterra, Francia, Japón y Estados Unidos. Pero la más importante es que por
su estructura biológica, los priones son moléculas muy difíciles de estudiar.
La
teoría que postula que los priones son proteínas ha sido la más ampliamente
aceptada. Son glicoproteínas conformados en su mayoría por hélices alfa y normalmente
se encuentra en concentraciones bajas en el músculo esquelético, riñón,
corazón, órganos linfáticos secundarios, y sistema nervioso central. En los
linfocitos y en las células dendríticas se encuentran en mayores
concentraciones.
No
se ha podido esclarecer todavía cuál es la función de la proteína de prión
normal (PRPc). Se cree que está relacionada con funciones como la
inmunorregulación, transducción de señales, unión de cobre, transmisión
sináptica, y protección ante estímulos de apoptosis. Ésta última es muy
interesante ya que en un experimento con anticuerpos para la PRPc, éstas se
dimerizaron y llevaron a que la célula terminara en apoptosis.
Las
enfermedades de priones ocurren cuando hay un cambio conformacional en la
estructura terciaria de la PRPc la PRPsc, o a la molécula aberrante y dañina de
la PRPc. Ésta última tiene una conformación más rígida, de láminas beta, es
prácticamente insoluble y es parcialmente resistente a proteasas.
La
enfermedad de Creutzfeldt- Jakob (ECJ) es una de las enfermedades por priones
que afectan al ser humano. Es una enfermedad que ocurre en uno de un millón de
personas, por lo general adultos mayores, con mayor prevalencia en el género
masculino y caucásicos. La enfermedad dura de 4 a 12 meses y se manifiesta
tempranamente con cambios en el comportamiento como agitación, depresión y
confusión. Seguido cursa con signos como demencia, anormalidades visuales,
descoordinación muscular, del habla o para caminar, reflejos anormales (por lo
general hiperreflexia), espasticidad, temblores, rigidez y mioclono.
La
ECJ es una enfermedad que se produce por mutaciones genéticas o mutaciones en
las PRPc al momento de transcripción o traducción de la misma. También se han
reportado casos de ECJ pacientes que han pasado por transfusiones, trasplantes
de duramadre, y hormonas de crecimiento humano.
El
diagnóstico de esta enfermedad se da principalmente por la clínica, pero se
pueden utilizar otras técnicas como la inmunohistoquímica para poder
cerciorarse del diagnóstico. Una de estas técnicas detecta la proteína 14-3-3.
Ésta proteína es parte de un grupo de proteínas que se encargan de señales
reguladoras, y se muestra en concentraciones altas en pacientes con la ECJ.
Además se puede buscar la presencia de PRPsc por técnicas de
inmunohistoquímica, Western Blot, o Histoblot (otra forma de inmunoensayo, con
mayor sensibilidad porque primero se eliminan las PRPc).
Como
método diagnóstico final, se hace una autopsia donde se va a apreciar cerebros
que no están inflamados con lesiones espongiformes que indican gliosis y pérdida
neuronal. En 5% de los pacientes también se pueden apreciar placas amiloides.
Ésta
enfermedad es muy diferente a la variante de Creutzfeldt-Jakob (ECJv), que se encontró en 1996 en el Reino Unido. Principalmente porque afecta
a una población más diversa y más joven, pero también porque la enfermedad dura
aproximadamente 14 meses y los signos, diagnóstico y resultados
histo-anatómicos son muy diferentes.
La
ECJv se manifiesta con cambios de comportamiento tempranos, y luego, demencia y
mioclono. No se puede diagnosticar con la proteína 14-3-3 ya que ésta es poco
confiable en esta patología, y el diagnóstico se hace por medio de signos
clínicos y de inmunohistoquímica de las PRPsc, aunque se está buscando formas
diagnósticas como una biopsia de amígdala.
En
la autopsia, se va a poder encontrar cambios spongiformes en los ganglios y en
el tálamo, con lesiones esparcidas en el resto de la corteza. A nivel
histológico, son característicos placas amiloides con bordes claros rodeados
por lesiones espongiformes, a los cuales les han denominado “lesiones
floriadas”.
Ésta
enfermedad se transmite de las vacas con Enfermedad Bovina Espongiforme (EBE) a
los humanos por medio de los alimentos, y hace poco se ha podido dilucidar
modelos para poder explicar la transmisión de ésta enfermedad. El modelo más
aceptado se basa en la premisa de que el alimento contaminado entra por la
cavidad oral hacia el estómago. En el estómago no es inactivado por el ácido,
ya que las PRPsc tienen una alta resistencia al ácido, y poca a los pH básicos.
Las proteasas del estómago pueden truncar su terminal N, pero las PRPsc siguen
siendo infecciosas.
Al
llegar al intestino, son captadas por los GALT, células linfáticas circundantes
y neuronas entéricas. En el GALT ocurre un proceso importante, los priones
provocan la activación de los linfocitos B, que a su vez activan las células
dendríticas. Las células dendríticas atrapan a los priones y los acumulan
dentro de sí. Los priones se transportaran por medio de las neuronas y el
sistema linfático hasta la médula ósea, donde se acumularán en el ganglio de la
raíz dorsal de las neuronas aferentes y de ahí se transportan por el sistema
nervioso central. Por medio del mismo sistema linfático y nervioso, los priones
también se pueden transportar a tejidos como el riñón, hígado, y músculo
esquelético (entre otros).
En
fin, es importante reconocer que las PRPc son proteínas normales de los tejidos
humanos, y que el cambio entre PRPc y PRPsc es puntualmente conformacional.
Además, se debe hacer la diferenciación entre la ECJ y la ECJv, donde el rasgo
más macro e importante es el hecho de que la ECJ es de origen genético,
mientras que la ECJv se dio por una infección trans-especie con vacas con EBE.
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Por:
Gloriela Herrera P.
Marzo 23 de 2013
Ciudad de Panamá