lunes, 26 de agosto de 2013

¿Probiótico? ¿Sabes algo de él? ¿Prebiótico?

¿Sabes algo del probiótico? Se dicen muchas cosas en la calle, en la televisión, los vecinos, los amigos... pero a quien creerle?, he aquí la respuesta, todo sobre los probióticos...


Los Probióticos son microorganismos vivos que se adicionan a un alimento que permanecen activos en el intestino y ejercen importantes efectos fisiológicos. Ingeridos en cantidades suficientes tienen efecto muy beneficioso, como contribuir al equilibrio de la flora bacteriana intestinal del huésped y potenciar el sistema inmunológico. Son capaces de atravesar el tubo digestivo, recuperarse vivos en las heces y adherirse a la mucosa intestinal. No son patógenos, excepto en casos en que se suministran a individuos inmunodeficientes. Contienen esta clase de microorganismos y, por tanto, son alimentos probióticos los yogures frescos, etc.

De acuerdo a la Organización Mundial para la Salud (OMS o WHO) la definición de Probiótico reza "Son microorganismos vivos que cuando son suministrados en cantidades adecuadas promueven beneficios en la salud del organismo huésped".

Una de los beneficios de los alimentos probióticos es la mejora del balance de la flora intestinal, donde se encuentra la mayoria de las defensas del cuerpo, ayudando a mejorar los síntomas y problemas como la astenia, problema de defensas, períodos de lactancia y reforzar el sistema inmunulógico. Los alimentos denominados probióticos son cultivos simples o mezclados de estos microorganismos: las bacterias probióticas, las cuales al ser consumidos tanto por humanos como por animales, sobreviven al paso por el tracto gastrointestinal y se implantan en el colon o intestino delgado afectando favorablemente al huésped en términos de mejora de salud.

Las especies más utilizadas son:
  • Lactobacillus
  • Bifidobacterium
  • la levadura Saccharomyces boulard
  • algunas especies de Escherichia coli y bacilli.


Los probióticos pueden incorporarse a un amplio abanico de productos, tanto en alimentos como en medicamentos y suplementos dietéticos. Las formas más comunes para la administración de probióticos son los productos lácteos y los alimentos con probióticos añadidos, pero también hay en el mercado comprimidos, cápsulas y sobres que contienen microorganismos en forma liofilizada.
¿Cómo actuan los probióticos?

El sistema de defensa del organismo contra las sustancias extrañas se conoce como sistema inmune. Más de dos terceras partes del sistema inmune del organismo se encuentra en el intestino. De hecho, el tubo digestivo (estómago, intestino delgado y grueso) está en contacto con el exterior a través de una extensa superficie. Los alimentos pueden ser un factor de agresión hacia el intestino junto con los microorganismos (bacterias, virus y hongos). 

La flora bacteriana intestinal está formada por millones de bacterias que proliferan en el interior del intestino grueso y fermentan diferentes elementos produciendo sustancias beneficiosas para la salud. Estas bacterias intervienen en el desarrollo normal del sistema inmunitario y en la regulación de la respuesta del organismo ante los patógenos (microorganismos perjudiciales para la salud). 
La flora intestinal participa en diversos procesos fisiológicos como la digestión y movimientos del tubo digestivo así como en la producción de algunas vitaminas. 
Los probióticos actúan a nivel del tubo digestivo estabilizando la composición de la flora bacteriana e incrementando la resistencia del organismo frente a los patógenos, y mejorando y activando las defensas. Los probióticos producen sustancias que ayudan a combatir algunas bacterias potencialmente patógenas, producen vitaminas y enzimas digestivos.
Recomendaciones generales en el uso de probióticos


Los probióticos producen efectos beneficiosos sobre la salud, pero estos efectos sólo se pueden atribuir a los probióticos específicos estudiados para una indicación concreta. Por lo tanto, no todos los probióticos se pueden administrar para la misma situación, ni todos los probióticos en todas las situaciones. 
Se deben utilizar las dosis de probióticos que nos recomiendan, a dosis más bajas o más elevadas puede ser que no sean efectivos, o podrían ser nocivos. 

Pacientes gravemente inmunodeprimidos, es decir con el sistema de defensa propio del organismo comprometido, no deben tomar probióticos sin la recomendación de un médico, ya que en estas circunstancias el probiótico podría llegar a comportarse como un agente patógeno. 
Deben seguirse de manera estricta las normas de conservación de los productos probióticos, ya que muchos de ellos necesitan una temperatura determinada por mantenerse viables (nevera).
Utilidad práctica de los probióticos en la salud

La principal utilidad de los probióticos es el tratamiento y la prevención de infecciones intestinales, aunque también han demostrado tener un papel importante en otras enfermedades digestivas no infecciosas así como en afecciones de otros órganos (alergias, eczemas, vaginitis) Actualmente, los probióticos han demostrado ser útiles y beneficiosos en:
  • Tratamiento de diarrea aguda infecciosa en niños y adultos
  • Prevención de la diarrea asociada a antibióticos en niños y adultos
  • Algunas enfermedades inflamatorias intestinales (colitis ulcerosa)
  • Mejora de los síntomas debidos a la mala digestión de la lactosa
  • Mejora de algunos síntomas del síndrome del colon irritable
  • Prevención de la enterocolitis necrotizante en recién nacidos pre-término
Otras situaciones en las que los probióticos podrían ser útiles en un futuro, pero donde aún se necesitan más estudios que avalen su eficacia, son:
  • Disminución de los síntomas de asma y otras enfermedades de base alérgica
  • Prevención de infecciones urinarias y del tracto genital, sobre todo en mujeres
  • Prevención y disminución de la gravedad de las infecciones en recién nacidos prematuros
  • Disminución de las complicaciones (sobre todo infecciosas) en pacientes ingresados en las unidades de cuidados intensivos
  • Prevención de las infecciones en pacientes con cirrosis hepática
  • Mejorar los síntomas en pacientes con artritis reumatoide y otras enfermedades reumatológicas de tipo inflamatorio.
  • Prevención de la aparición de tumores
  • Disminución de los niveles de colesterol
¿Son seguros?

La ingestión de un elevado número de miroorganismes viables obliga a investigar su seguridad. Desde un punto de vista teórico, al tratarse de microorganismos que normalmente forman parte de nuestra propia flora, difícilmente podrían causar problemas infecciosos. Aunque se ha descrito algún caso aislado de paso de gérmenes a la sangre en pacientes con el sistema inmunitario comprometido y en pacientes con enfermedades como la colitis ulcerosa, el perfil de seguridad de los probióticos más utilizados en los estudios realizados relacionados con el tema, debe considerarse satisfactorio. Hay que tener cuidado en administrar probióticos en pacientes gravemente inmunodeprimidos.


Beneficios de los probióticos

Los probióticos estimulan la respuesta inmune por varias vías, y disminuyendo la sintomatología alérgica de la dermatitis atópica.


A nivel inmunológico, los probióticos actúan aumentando la capacidad de fagocitosis, que es la primera línea de defensa del sistema inmune y consiste en la ingestión de los agentes invasores por unas células llamadas fagocitos.


Los probióticos también incrementan los niveles de las células B tipo de linfocitos, que son encargados de reconocer los agentes extraños y contienen los receptores o anticuerpos para neutralizarlos- y contribuyen a una mejor respuesta de las IgA (Inmunoglobulina A), un tipo de anticuerpos.


Entre los beneficios de los probióticos también se cuentan una mejora en la absorción del calcio, la producción de enzimas como la lactasa, que ayuda a la digestión de la proteína de la leche (lactosa) y la mejora de los síntomas del Síndrome de Intestino Irritable. 

Los Prebióticos Promueven la Buena Salud. Bases, Potencial y la Evidencia que Surge

Desde la introducción del término prebióticos, se ha generado una amplia bibliografía relacionada con el tema. Los prebióticos fueron definidos como ingredientes de los alimentos que no son digeridos y que afectan favorablemente la salud estimulando selectivamente el crecimiento, la actividad o ambos de ciertas especies bacterianas en el colon. Los ingredientes prebióticos deben cumplir con 3 criterios; así, no deben ser digeridos por las enzimas del huésped, tienen que ser fermentados en el tracto gastrointestinal y han de ser selectivos en la estimulación de la flora intestinal y de la actividad metabólica. Por definición, el ingrediente prebiótico no está disponible para todas las especies bacterianas que habitan en el ecosistema intestinal. Debe estar particularmente disponible para ciertos grupos de bacterias que no estén asociados con patologías intestinales (lactobacilos y bifidobacterias son considerados organismos indicadores).

El autor destaca que la propiedad prebiótica fue demostrada adecuadamente sólo en unos pocos ingredientes alimentarios. De acuerdo con una revisión reciente, sólo los fructanos tipo inulina, los galactooligosacáridos y la lactulosa son prebióticos demostrados. Por otra parte, se cuenta con evidencia preliminar en el caso de los isomaltooligosacáridos, lactosacarosa, xilooligosacáridos, oligosacáridos y glucooligosacáridos de la soja y polidextrosa.

Las bases de la actividad prebiótica

El efecto principal de los prebióticos, la prebiosis, consiste en una interacción con la capacidad fermentadora del ecosistema gastrointestinal. Se cree que todos los efectos fisiológicos que se producen después del consumo del prebiótico se originan en la alteración de la función fermentadora del ecosistema gastrointestinal. El inicio del cambio fisiológico podría producirse mediante interacciones entre microbios, entre huésped y microbio y entre huésped y metabolitos bacterianos (de mayor impacto). Los metabolitos más importantes comprenden a los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) acetato, propionato y butirato, que son compuestos biológicamente activos. El consumo de prebióticos puede duplicar las reservas de AGCC en el tracto gastrointestinal. Este proceso se produce en el intestino, la interfase más extensa entre el organismo y el medio ambiente. Los seres humanos están en contacto íntimo con un ecosistema microbiano muy denso compuesto por 1012 bacterias/ml. Por lo tanto, el mejoramiento del ecosistema gastrointestinal representa una mejoría importante del ambiente externo. La optimización de la composición del ecosistema gastrointestinal ejerce un impacto positivo en el funcionamiento fisiológico de un organismo.

Propiedades nutricionales de los prebióticos

Las propiedades nutricionales de los prebióticos estan directamente relacionadas con los cambios fisiológicos que inducen en el huésped. Los metabolitos bacterianos serían los principales efectores de la mayoría de los acciones. 

El mejoramiento del hábito intestinal es una consecuencia directa de la prebiosis. Con la disponibilidad de carbohidrato prebiótico se produce el crecimiento bacteriano. Los prebióticos que son completamente fermentados inducen el aumento en el volumen fecal de 1.5 a 2 g de heces/g de prebiótico consumido. Además, los productos AGCC de la fermentación estimulan la peristalsis intestinal. El consumo de prebióticos mejora la situación en quienes experimentan constipación crónica.

Los carbohidratos prebióticos modifican la composición de la flora intestinal y alteran su actividad metabólica, procesos que aumentan la resistencia a la colonización. Esta es la resistencia ecológica de una población bacteriana existente contra otras bacterias que buscan un nicho para colonizar y, en el caso de patógenos, producir infección, inflamación o ambas. Por otra parte, varias experiencias demostraron que los prebióticos de la dieta mejoran la eficiencia de la absorción de minerales contenidos en los alimentos. Sin embargo, no todos los prebióticos promueven este fenómeno en la misma medida. La presencia de carbohidratos de cadena larga produce efectos de mayor magnitud. Se propusieron varios mecanismos para explicar estas acciones. La ingesta de prebióticos acidifica el contenido intestinal, que facilita la solubilización de los minerales. La mayor presencia de butirato, fuente de energía selectiva para las células del epitelio intestinal, mejora la capacidad de absorción de la mucosa. Otros investigadores observaron mayor actividad de los transportadores de calcio en el colon.

En un estudio con preescolares se demostró que el consumo de fructanos tipo inulina de fermentación rápida redujo el ausentismo y la incidencia de diarrea asociada con fiebre. Por último, se estima que la mayor producción de propionato es la base de la alteración del metabolismo lipídico. El propionato, originado por la fermentación de prebióticos, migra hacia el hígado, donde interactúa con la regulación de la expresión de genes que codifican las hormonas digestivas GLP1 y AGIP, así como la insulina. Los estudios en seres humanos presentaron resultados variados. En algunas experiencias, el colesterol y los triglicéridos disminuyeron, en otros sólo variaron los últimos, mientras que en otros no se observaron efectos en el metabolismo lipídico.

Los prebióticos carbohidratos interactúan eficazmente con varios procesos fisiológicos del huésped. Pueden ser utilizados en una amplia variedad de alimentos ya que mejoran las propiedades nutricionales de la dieta occidental, en la que el exceso de grasas y el bajo contenido de fibras constituyen una preocupación sanitaria. Lo más apropiado es fomentar la alimentación saludable y variada, así como la actividad física; sin embargo, la evidencia indica que la educación es insuficiente para modificar ciertos hábitos alimentarios. Por lo tanto, la adición de prebióticos permite compensar esta conducta de una forma conveniente sin afectar las propiedades organolépticas de los alimentos.


Tipos de Probióticos
Existen diferentes grupos de probióticos y hay grandes diferencias entre ellos.
  • Probióticos naturales:   Están presentes en la alimentación de todos los días, pero no siempre lo sabemos. En forma natural, los probióticos se encuentran en lácteos fermentados como yogures, leche y quesos; vegetales fermentados -aceitunas, chucrut, soya, cereales-; productos cárneos y pescados fermentados; y bebidas alcohólicas artesanales. Sin embargo, se requieren estudios científicos que garanticen la existencia de cepas probióticas entre la microflora láctica silvestre de los alimentos.
  • Probióticos comercializados: Durante años, distintas poblaciones han consumido probióticos naturales en su dieta. La industria tomó nota de esta realidad y comenzó a comercializar los productos que contenían probióticos haciendo foco en ello.
  • Suplementos alimenticios que contienen probióticos: Se trata de suplementos dietarios que contienen probióticos en forma de cápsulas o en polvo. No es un medicamento y su distribución se rige por las leyes de los alimentos.
  • Productos medicinales o agentes bioterapéuticos: Es un probiótico con un efecto terapéutico probado; es decir, es un medicamento. El uso de probióticos en medicina se conoce también con el nombre de “bioterapia”. Los agentes bioterapéuticos son microorganismos que tienen un efecto demostrado. Para ser eficaces deben:
  • Ser resistentes a la gran mayoría de los antibióticos que se usan comúnmente.
  • Tener efectos terapéuticos inmediatos.
  • Tener efectos múltiples: inhibición de la adhesión de los patógenos, efectos de inmunomodulación, competencia con las toxinas por los receptores de éstas y, por supuesto, competencia por los nutrientes.
*Un ejemplo de probiótico como agente bioterapéutico es Bioflora. Este contiene Lactobacillus casei, Lactobacillus plantarum, Streptococcus faecalis y Bifidobacterium brevis, la cual actúa restableciendo el equilibrio de la flora intestinal. Está indicado para el tratamiento de trastornos dispépticos, inflamaciones intestinales, encefalopatía hepática e intolerancia a la lactosa. Culturelle es un Suplemento Probiótico que contiene Lactobacillus GG, para mantener las defensas naturales del organismo.

Probióticos avalados como alimento

Entre los más importantes se encuentran las cepas de Lactobacilus GG (llamado LGG), que puede ser encontrado en varios productos comerciales, sobre todo en Estados Unidos; también el L. casei DN114 001, en los productos Danone (como Activia); y el más popular, L. casei Shirota, que se encuentra en Yakult, pero también hay otros alimentos que de manera tradicional aportan este tipo de bacterias u hongos, tales como ceviche y pozole.

Luego de diversos estudios algunos pueden ser avalados en el tratamiento y prevención de ciertas enfermedades. El LGG proporciona beneficios cuando se padece eccema atópico (dermatitis) y alergias a la leche en bebés y niños, de acuerdo con un reporte de 2008 de The Journal of Clinical Gastroenterology. Tanto LGG como L. casei han demostrado que su uso en los menús de las guarderías ayuda a conservar la salud de los niños, a prevenir diarreas y a fortalecer las paredes del intestino.

Probióticos en leche
Streptococcus thermophilus, lactobacillus bulgaricus, B. bifidum (B) y L. casei (C).

Yogurt
Según el Journal of American College of Nutrition, en su composición el yogurt contiene una bacteria llamada lactobacillus acidófilus, que es efectiva en la reducción del colesterol en la sangre hasta en un 3%. También es eficaz contra las infecciones intestinales, urinarias y vaginales, en especial los provocados por hongos.

Estudios publicados en United Kingdon Medical Journal, afirma que los nutrientes del yogurt se asimilan en un 92%.

El Instituto de Nutrición y Bromatología de la Universidad Computense de Madrid, señala que las últimas investigaciones indican que el consumo de yogurt genera un aumento significativo de distintos parámetros inmunológicos, debido a que estimula las defensas y los riesgos de padecer infecciones. Igualmente éstas bacterias del yogurt impiden la formación de carcinógenos previniendo de esa forma el cáncer de colon y mama.

Por:
Wilmer E. González Blanco
Ciudad de Panamá, 27 de Agosto del 2013