martes, 27 de diciembre de 2011

Análisis del Perfil de un Psicopata

¿Debemos cambiar el tratamiento de la presión arterial en la fase aguda del ictus, tras los resultados del estudio SCAST?

La elevación de la presión arterial (PA) en la fase aguda del ictus es un hecho común, hasta el 80% de los pacientes lo presentan, y se ha visto que se asocia a mal pronóstico a corto y largo plazo. 

Sin embargo, el tratamiento óptimo de la PA sigue siendo un motivo de discusión. La reciente publicación del estudio SCAST (Scandinavian Candesartan Acute Stroke Trial), uno de los más amplios y mejor diseñado de los publicados hasta la actualidad, ha reabierto el debate.

El SCAST es un ensayo aleatorio, doble ciego controlado con placebo, diseñado para investigar los efectos de la disminución de la PA en pacientes con ictus agudo (isquémico o hemorrágico). Un total de 2.029 pacientes con ictus agudo (85% isquémicos, 14% hemorrágicos, 1% otros) y niveles elevados de PA sistólica (PAS ≥ 140 mmHg) fueron asignados al azar, en las primeras 30 h (media: 18 h) de la aparición de los síntomas, a recibir tratamiento activo por vía oral con candesartán, un bloqueador del receptor de la angiotensina, con el empleo de un escalado de dosis fija (4 mg el día 1, 8 mg el día 2, y 16 mg los días 3 a 7) o placebo. El tratamiento activo fue suspendido después del séptimo día. 

Los dos objetivos primarios fueron un criterio de evaluación clínica vascular formado por la combinación de muerte vascular, infarto de miocardio e ictus durante los primeros seis meses después de la aleatorización, y el resultado funcional, medido por la escala modificada de Rankin (mRS) a los seis meses. El tratamiento activo redujo la PAS en una media de 3,3 mmHg  el segundo día y 3,7 mmHg el tercer día, y aproximadamente 5 mmHg a partir del cuarto al séptimo día, con una PA media final de 147/82 mmHg frente a 152/84 mmHg en el grupo placebo (p < 0,001).

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